Friday, March 7, 2014

¿Por qué los jóvenes están dejando la iglesia?



En realidad no están dejando la iglesia. En vez de eso, están dejando la institución organizacional que nuestra cultura considera como “iglesia”.


1.     Les es difícil calzar.

La estructura del siglo XX de “la iglesia” no es algo que atraiga a muchos con algunos estilos de vida, como por ejemplo, estilos de vidas no lucrativos, que viven con un sentido social, que buscan ser sus propios jefes, o aquellos que viven vidas empresariales.

La idea de combinar Jesús y los negocios es algo que siento que aleja a muchos jóvenes de lo neurálgico del propósito. No digo que este mal, solamente digo que es un gran factor en el por qué muchos están alejándose de lo que otros llamarían reuniones corporativas. Sienten como que no encajan.

2.     Dicen que es complejo conectarse.

Muchos dicen que La Iglesia está dando respuestas a preguntas que ni siquiera se han hecho. Los “mileniales”[1] están buscando conexiones, pero pareciera ser que muchos encuentran muy complejo encajar en un grupo o comunidad que se relaciones con el estado actual de sus vidas. Esta es una de las razones por las cuales tengo tanta pasión en alcanzar este grupo etario. Siento que hay un vinculo perdido entre la educación media y lo que otros podrían llamar la “iglesia de los grandes”. Y mientras muchos podrían no estar de acuerdo con esto, doy como referencia la carencia de adultos jóvenes en nuestras iglesias para probar mi punto de vista. Algo necesita cambiar.

3.     Hay una lucha entre la comunidad orgánica v/s la comunidad organizativa.

No me puedes obligar a compartir tiempo con nadie, dejarme solo con un grupo que no tiene nada que ver conmigo, y luego esperar que haga vida de comunidad con ellos. Mi esposa y yo hemos experimentado esto personalmente. Mientras creo firmemente que los grupo comunitarios son una de las piezas más importantes para cualquier iglesia, también puedo ver por qué muchos jóvenes no los encuentran interesantes.

Los mileniales buscan formas orgánicas de comunidad y de adoración! Y mientras muchas iglesias podrían tratar de ofrecer algo que refleje esa imagen, el asunto es que lo orgánico no puede ser manufacturado. Entonces, ¿quién está mal? Para ser honestos, es solo un asunto de opinión. Veo a muchos jóvenes abandonar la iglesia porque sus cerebros simplemente no están hechos para este tipo de estructura organizacional. Pero mientras este sea el caso de muchos jóvenes, también creo que nadie puede encontrar una comunidad, por mucho que lo intenten.

4.     Ellos se desalientan debido a las reuniones corporativas.

No hay nada malo con el edificio de las iglesias. De hecho, iglesias que utilizan edificios para ir en ayuda de los necesitados, organizar eventos comunitarios, y reunirse para fines de adoración es un buen ejemplo de abrazar la cultura por amor del evangelio. Mucho de aquellos mileniales sin embargo miran a la iglesia como una afiliación corporativa, las cuales han hecho que vuelvan a un grupo menor de congregados o a las casa-iglesia.

Mi pasión es ver más jóvenes en la iglesia, no importando a qué tipo de iglesia esto se refiera. Creo que hay iglesias que están desarrollando un trabajo extraordinario para alcanzar a la próxima generación, pero también veo una necesidad de equipar otras iglesias en cómo alcanzarlos con mayor efectividad. Independiente de la edad, todos son llamados a la comunidad entre los creyentes, no importando el tamaño.


Texto original: Why young people are leaving the church?

Sitio: jarridwilson.com



[1] En inglés “millennials” – Son aquellas personas nacidas entre el 1981 y 1995. Sus edades van entre 15 y 29 años y son los hijos de la generación del Baby Boom.

Tuesday, March 4, 2014

10 aspectos a considerar ANTES del matrimonio más dos bonus!!


            ¿Se dan cuenta que este 2014 ha traído un mover dentro de los jóvenes para contraer matrimonio? Sí, que bueno que la juventud este tomando este paso tan importante. Por lo mismo, se hace necesario que tomemos algunos aspectos que no son menores, para tener la certeza que el matrimonio es realmente lo que pensamos que es.

1.     El matrimonio es la representación de la unión mística entre Cristo y su Iglesia à Oye qué fuerte es esto. Para los postulantes a “felizmente casados” es necesario comprender que nuestra unión es una copia (un tanto imperfecta porque es humana) de la obra que Cristo ha hecho con su Iglesia… su amada iglesia. Entonces todo lo que haga la pareja tiene que ser un reflejo de lo que Cristo hace por su Iglesia. ¿Necesitas apoyo bíblico? Aquí va!!

San Mateo 9.15 à Jesús respondió: ¿Acaso los invitados de una boda están de luto mientras festejan con el novio? Por supuesto que no, pero un día el novio será llevado, y entonces sí ayunarán.

1º Corintios 11. 1-2 à Espero que toleren un poco más de mis “tonterías”. Por favor, ténganme paciencia; pues los celo, con el celo de Dios mismo. Los prometí como una novia pura a su único esposo: Cristo.
 
Efesios 5. 31-32 à Como dicen las escrituras: “El hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su esposa, y los dos se convierten en uno solo”. Eso es un gran misterio, pero ilustra la manera en que Cristo y la Iglesia son uno.

2.     El matrimonio es una sola vez y para toda la vida à Siempre se dice a modo de broma que lo mejor que tiene el matrimonio es la ley de divorcio. Pero con los hijos de Dios eso no corre. Si partimos de la base que el matrimonio es la representación del pacto eterno entre Cristo y la Iglesia entonces podemos preguntar: ¿acaso Cristo dejara a su esposa? El día en que Cristo abandone a su Iglesia, el esposo (a) podrá dejar a su esposa (o). Obviamente esto esta sujeto a conciencia. Pienso en esas mujeres que sufren a causa de la actitud de sus maridos. No obstante, el pueblo de Dios marca la diferencia.

3.     No te cases para salir del hogar de tus padres à He visto que algunos matrimonios tienen el dejar el hogar de sus padres por un tema de que están cansados de vivir con ellos, como la motivación numero uno para contraer matrimonio con alguien. Claro, en caso que no alcance para ir a vivir solos y ser independientes. La única y real motivación para el matrimonio es el amor que nos mueve por la otra persona. Amor que durará lo suficiente como para declarar “hasta que la muerte nos separe”.

4.     Con el matrimonio vienen los hijos. No antes à Sé que con este tema en particular estoy tocando sensibilidades. Pero no por eso deja de ser cierto. Así que, reprendemos todo espíritu de Trauco que ande rondando las iglesias, y todo llamado a formar coros de niños en distintas congregaciones (if you know what I mean…) Ahora, claro, quizá estás en esta situación: eres papá/mamá soltera y la verdad es que no tienes ganas de casarte con la otra persona. No te sientas condenado… el lago de fuego no te está esperando, si es que has ido en real arrepentimiento ante el Señor. Te digo esto y no lo mal interpretes; el problema no es el bebe (siempre son una bendición), el problema es que hiciste algo antes de tiempo. Pero el Señor es fiel para proveer y aun así mostrarte su mano de amor. Disfruta!

5.     El matrimonio no es solo hijos (as) à Con todo respeto por aquellos que tienen relaciones sexuales solamente para tener hijos. No es siempre ese el propósito. Pienso en aquellos matrimonios que no pueden tener hijos, por razones biológicas. El matrimonio, aparte de ser para procreación, también es para formar discípulos de Jesús. Quizá no puedas tener hijos, pero sí puedes tener hijos espirituales. “Así es – respondió Jesús -- , y les aseguro que todo aquel que haya dejado casa o hermanos o hermanas o madre o padre o hijos o bienes por mi causa y por la Buena Noticia recibirá ahora a cambio cien veces más el número de casas, hermanos, hermanas, madres, HIJOS, y bienes, junto con percusión; y en el mundo que vendrá, esa persona tendrá la vida eterna” (San Marcos 10.29-30) John Piper dice que el matrimonio no es absolutamente para tener hijos, sino que es absolutamente para tener hijos seguidores de Jesús.

6.     El hogar cristiano es un hospital para todos à Claro! Matrimonios con propósito en Jesús. Nada mejor que llegar a un hogar donde sabemos que podemos ser confortados por la presencia misma de Dios. Por otro lado, nada que ver llegar a un hogar quebrado, disfuncional, pero ¡Gloria a Dios! Todos son miembros del coro (?) … ok, no.

7.     El matrimonio es un triangulo: la pareja y Dios à Un matrimonio que esta fundado en la persona de Jesucristo es un matrimonio exitoso. Disfrutan de la bendición de Dios. Una vez el Jere, sí, el mismísimo Jeremías Medina me lo explico con una escuadra. Mi novia esta en una esquina, Dios en la punta, y yo en la otra esquina. A medida que tanto mi novia y yo nos acercábamos a Dios, nosotros nos acercábamos el uno al otro… buenísimo, cierto? Haz la prueba… (Después me lo explicó un pastor amigo, y fue una confirmación).

8.     No te salva, pero te santifica à El matrimonio es un acto diario de fe. Tus finanzas, tus conversaciones, tus relaciones, TODO es un acto de fe que te lleva a Dios. Si vez que se te va el tren, no te preocupes, a lo más que tendrás que soportar será una broma de tus amigos (as), pero no la ira de Dios. El matrimonio te santifica porque te hace mucho más dependiente de Dios. Recuerda que ya no eres tú solamente, sino que alguien más estará dependiendo de tus acciones.

9.     No todo es sexo à … creo que con eso te lo dije todo. Pero por si acaso recuerda este proverbio: el arma secreta de las mujeres está en la entrepierna del hombre (no, no está escrito en Proverbios: y no lo encontrarás tampoco en la Biblia, pero suena bien). Si ese no te convence aquí va otro… el amor se oxida con la humedad de la entrepierna. Dejándose de bromas, el hecho de que te cases pensando que tendrás por legitimo derecho tener sexo con tu pareja es una mala motivación. No seas tan superficial.

10.  El macho cabrón ya no estimula à el macho del pasado que manda, que da las ordenes, y que lleva el dinero ya no corre. Así de simple. Las mujeres están teniendo cada día una mayor participación en el ámbito laboral y eso les da independencia. Ahora como que los roles dentro del hogar van cambiando. Y eso motiva más a la comunión dentro de la relación. No tiene por qué hacer TODO la mujer y nosotros muy cómodos viendo el CDF. Esperamos que cada día más el Señor nos vaya haciendo más sensibles a Su voz de modo que podamos ser un aporte en todo ámbito en nuestros hogares.



El bonus: La soltería no es mala à Hay algunos que se hacen solteros y hay otros que “los hicieron solteros”. Cualquiera sea la situación, la soltería tiene una gran ventaja, y es que nos da mayor independencia para extender el Reino. El soltero dispone de todo su tiempo, todos sus recursos y energías en extender el Reino de Dios. Si siente ir a otro país, simplemente lo hace… y no le rinde cuentas a su pareja.

Ser soltero en Cristo no es quedarse corto con  lo mejor que tiene Dios, sino que es un sendero de obediencia que exalta a Cristo y es fiel al pacto al que muchos son llamados a transitar.

El otro bonus: la vida de matrimonio comienza en el matrimonio à Este es un error que hemos pasado de largo. ¿Cuántas veces se ha ido a quedar a tu casa tu pareja? ¿Dónde duerme? Apuesto que te fuiste de vacaciones con tu familia, y además llevaste a tu pareja. Quizás fuiste más intrépido aún y te fuiste con tu pareja a la playa/campo/rio/ etc y dejaste a tu familia en la casa. ¿Gané? Me debes un Mr. Pringles! A lo que voy es que no te apresures en hacer cosas que después tendrás una vida completa para hacerlas. Quema tus procesos en el tiempo que Dios te ha dado.

Tanto el matrimonio como la soltería nos ofrecen oportunidades únicas para crecer en nuestra santificación, para nuestra preparación al cielo. Cuál será mayor no dependerá de que hayamos estado solteros o casados, sino de cómo hemos respondido a cada uno de ellos. 

Sunday, March 2, 2014

Aquí no falta pal' kilo!!



            A través de la oración y de la Sagrada Revelación podemos llegar a un entendimiento de la paternidad de Dios desde la experiencia. Y bendecimos a Dios porque Él está siempre dispuesto a ejercer Su paternidad sobre nosotros cada día. Ahora bien, el Espíritu Santo nos invita a orar por nuestras necesidades, sin olvidar que el centro de nuestra búsqueda y de nuestra oración debe siempre ser Él y no nosotros.

            La Palabra de Dios nos dice categóricamente: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? (San Mateo 7. 7-11) Bajo este punto de vista, entonces, estamos siendo invitados por Dios en la persona de Jesús, siendo ayudados por el Espíritu Santo a ir donde el Padre celestial y pidamos… con fe! Sin embargo la inquietud es ¿cuáles son nuestras necesidades? ¿En qué lugar están puestas nuestras prioridades?

            Pensemos en el pueblo de Israel. Cuando Moisés comenzó a liderar el éxodo, nos damos cuenta que estaban llevando a cabo el plan de Dios para sus vidas, y pronto comenzaron a tener necesidades, como el alimento. Cuando la necesidad fue mayor, el pueblo comenzó a quejarse (algo inherente en Israel… y en nosotros, también), sin embargo, Dios contesta diciendo que iba a hacer llover alimento del cielo (Éxodo 16.4). Nos damos cuenta cómo a pesar de la infidelidad del pueblo, Dios siempre estuvo dispuesto a proveer pan del cielo. Y este episodio quedó registrado en la pluma de Nehemías diciendo: “Les diste pan del cielo en su hambre, y en su sed les sacaste aguas de la peña; y les dijiste que entrasen a poseer la tierra, por la cual alzaste tu mano y juraste que se la darías (9.15). Dios está dispuesto a proveer pan del cielo siempre y cuando nosotros estemos dispuesto a pasar necesidades por su causa…bueno, siempre en realidad, su gracia es ilógica.

            Muchas veces como cristianos, perdemos el norte en cuanto a pedir provisión de Dios. En este sentido la Palabra de Dios nos declara duramente diciendo que no tenemos lo que “necesitamos” porque pedimos conforme a nuestras iniquidades y maldades (Santiago 4. 2-3). Por tanto, nuestra primera labor, como hombres y mujeres espirituales que somos es definir nuestras necesidades de acuerdo al plan de Dios para nosotros. Encontramos consuelo en los Salmos que nos recuerdan que el Señor “hace justicia a los agraviados, que da pan a los hambrientos. Jehová liberta a los cautivos; (Salmos 146.7).

            ¿Recuerdan al hijo pródigo? Él entendió que su padre siempre estaba dispuesto a proveerle a pesar de su infidelidad (San Lucas 15.17) Ahora, pensemos en el “Padre Nuestro”, ¿qué fue exactamente lo que quiso decir Jesús cuando nos enseña a pedir pan? Básicamente, en primer lugar tenemos que entender que el pan al que hace referencia Jesús en esta oración es justamente eso: pan. El pan es pan. Dios es Su amor es tan transversal (abarca todos los aspectos de la vida del hombre) que entiende que tenemos necesidad de alimento físico, por cuento somos seres débiles, expuestos al dolor y a la necesidad. Jesús nos convoca a tomar el ejemplo de confianza que depositan las aves al ser alimentadas por nuestro Padre Celestial.

            Por otro lado, el pan también representa el alimento espiritual de la persona. El espíritu humano genera necesidad de escuchar la palabra de Dios de forma constante. Es por esto que tenemos una carga espiritual inherente. Por eso algunos acuden al tarot, al horóscopo, a las galletitas de la suerte (?), a los adivinos y a toda ciencia oscura que trata de suplantar la provisión espiritual del Señor. Mas gracias sean dadas a Dios, que hemos caído en Su Gracia y entendemos que la Sagrada Revelación es la fuente inagotable de alimento espiritual. Es tiempo de volver al evangelio bíblico que ha sustentado nuestra fe desde los tiempos antiguos.

            Ahora bien, Jesús tuvo una razón por la cual incluyó el pan (y no otro alimento, o la palabra “alimento” propiamente tal) en la oración del Padre Nuestro. Él mismo dijo lo siguiente: “Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: No os dio Moisés el pan del cielo, mas mi Padre os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo. Le dijeron: Señor, danos siempre este pan. Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás” (San Juan 6. 32-35).

            El Espíritu Santo de Dios, en otras palabras nos dice que cuando pensemos en pan, pensemos en Jesús. Es por lo tanto necesario que caminemos con un hambre constante de Jesús… ¿tenemos hambre por Él? El Señor es la verdadera y única provisión en la cual el hombre se sentirá realmente satisfecho. “Yo soy el pan de vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron. Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera. Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo” (San Juan 6.48-51). Jesús nos invita a pedirlo a Él. Jesús quiere vivir una relación con nosotros… nosotros!!

            Jesús hace la diferencia entre el pan material y el espiritual. El maná fue dado en el desierto y vino del cielo para suplir las necesidades físicas de Israel. No obstante, era incapaz de impartir la vida eterna o de suplir sus necesidades espirituales, como sí podría hacerlo el “pan de vida” que vino desde el cielo en la persona de Jesús el Mesías. La prueba de esta diferencia estaba en el hecho irrefutable que todos los antepasados que comieron de ese pan en el desierto murieron. Sin embargo, en Jesús hay vida. Jesús llevó el argumento un paso más allá que el reconocimiento esencial que Él es el pan de vida. Creer en Cristo significa participar de Él.

            Hemos recibido pan. ¿Qué tan bien estamos administrando el pan que nos da Dios? ¿Estamos siendo consistentes en nuestros principios bíblicos, en la administración del maná que cae del cielo? Por otro lado, es voluntad y plan divino del cielo que nos llegue pan espiritual, por lo tanto, vayamos con fe en nuestros corazones a recibirlo.

            Ya saben lo que dicen por allí: solamente soy un mendigo, que les dice a otros mendigos dónde encontrar pan… en Jesús.


Friday, February 28, 2014

3 Cosas que los cristianos deberían dejar de hacer en las redes sociales




1          1. Hacer públicamente notorios los pecados y las fallas de otras personas.

No es asunto tuyo hacer notar los pecados y las fallas de otras personas, especialmente en publico. Los cristianos ya tienen una mala reputación en la tierra del juicio, y lo ultimo que necesitamos es alguien que nos confronte vía Twitter o Facebook. Si tú estás haciendo tal cosa, por favor, encuentra haz click en la función “desactivar” muchas veces.
 
Si realmente consideras esto importante, llámalos por teléfono, mándales un mensaje, o por último dales un inbox. Haznos a todos un favor y pon fin a tu “juicio social”. No hay necesidad en avergonzar a alguien por algún asunto que probablemente tú también estés practicando.

2          2. Explicar doctrinas teológicas en 140 caracteres o menos.

La teología es un estudio que no es simplemente para parafrasearlo, aminorarlo, o explicarlo parcialmente. Toma un tiempo para escribir un blog o crear un podcast. No trates de manipular la doctrina bíblica de forma que sea entregada en 140 caracteres o menos. La Palabra de Dios se merece ser digerida, elaborada, y explicada en diversidad de palabras. Nuggets de verdades parciales jamás será mejor más satisfactorio que el plato completo.

3          3. Involucrarse en discusiones a través de Facebook o Twitter.

Nadie quiere ver dramas aparecer en sus pantallas de inicio. Quiero decir que, estoy seguro que probablemente ellos justo estén esperando un round de boxeo muy cómodamente sentados. La madurez juega un rol fundamental en las redes sociales. Entonces, si te dices ser cristiano, entonces tú mismo evita el drama, las discusiones, y las contiendas. Lo ultimo que alguien desea de un cristiano es discutir escondidos en la comodidad de sus pantallas. No merece tu tiempo, y nadie está interesado en verlo.



      *Texto original: 3 Things christians should stop doing on social media
     * *Autor original: Jarrid Wilson

    **** Traducción: Sebastian Contreras Aranda